
TURMALINA
La turmalina es un mineral cristalino clase VIII (silicatos), según la clasificación de Strunz, grupo de los ciclosilicatos. Su fórmula química es compleja, compuesta por elementos como potasio, aluminio, hierro, sodio, magnesio, litio. Según las cantidades de estos elementos se definirán el aspecto y color final, por los que se reconocen al menos 40 especies dentro de su categoría. La versatilidad de sus tonos va del incoloro hasta el negro.
¿Qué significa “turmalina”?
Se cree que su etimología viene de “tourmalli”, palabra del cingalés que se traduce como “mixto” o “piedra de colores mezclados”. Se deduce que las razones de este significado radican en la gran variedad de colores en la que se encuentran, más que cualquier otra piedra preciosa, por lo que recibe también el apodo de piedra
camaleónica. También se cree que su nombre puede proceder de “turmali”, “piedra que atrae las cenizas”, que hace referencia a sus características piropiezoeléctricas. Esto último quiere decir que acumula cargas opuestas en ambos extremos al someterla a presión, como al calentarla, lo que le ha valido múltiples aplicaciones
técnicas como por ejemplo en equipamientos de medición de presión y en los micrófonos de contacto o piezoeléctricos.
Veremos aquí una descripción de la turmalina, de sus tipos más populares y algo sobre su uso
mágico que se le otorga a cada una. Pero primero algo de historia.